Las aventuras de Huckleberry Finn - Твен Марк (читать книги онлайн бесплатно полные версии TXT) 📗
Calcule que ya lo teniamos todo encaminado y dije:
—Dejelos usted con su subasta y no se preocupe. Nadie tendra que pagar lo que compre hasta un dia despues de la subasta, al haberse anunciado con tantas prisas, y no se van a marchar hasta que consigan ese dinero; tal como lo hemos arreglado la venta no va a contar y no van a conseguir ningun dinero. Es igual que lo que paso con los negros: no vale la venta y los negros volveran dentro de muy poco. Fijese que todavia no pueden cobrar el dinero de los negros… Estan en una situacion malisima, senorita Mary.
—Bueno —respondio ella—, voy a bajar a desayunar y despues me ire directamente a casa del senor Lothrop. —Eso no puede ser, senorita Mary Jane —le indique—, en absoluto; vayase antes del desayuno.
—?Por que?
—?Por que cree usted que queria yo que hiciera todo esto, senorita Mary Jane?
—Bueno, no se me habia ocurrido… Y ahora que lo pienso, no lo se. ?Por que?
—Pues porque no es usted una caradura. A mi me gusta su cara tal como es. Puede uno sentarse a leerla como si estuviera escrita en letras mayusculas. ?Cree usted que puede ir a ver a sus tios cuando vayan a darle los buenos dias con un beso y no…?
—?Vamos, vamos, no sigas! Si, me marchare antes del desayuno y muy contenta. ?Y dejo a mis hermanas con ellos?
—Si, no se preocupe por ellas. Tienen que seguir aguantando un tiempo. Podrian sospechar algo si desaparecieran todas ustedes. No quiero que usted los vea a ellos, ni a sus hermanas ni a nadie del pueblo; si un vecino le pregunta como estan sus tios esta manana, a lo mejor usted les revelaba algo con un gesto. No, vayase inmediatamente, senorita Mary Jane, y ya lo arreglare yo con todos ellos. Le dire a la senorita Susan que salude afectuosamente a sus tios y que diga que se ha marchado usted unas horas a descansar un poco y cambiarse, o a ver a una amiga, y que volvera esta noche o a primera hora de la manana.
—Esta bien lo de que he ido a ver a unos amigos, pero no quiero que los salude de mi parte.
—Bueno, pues que no les diga nada.
Aquello se lo podia decir a ella, porque no hacia dano a nadie, era algo sin importancia y que no traia problemas, y son las cosas sin importancia las que le facilitan la vida a la gente aqui abajo; Mary Jane se quedaria tranquila, y no costaba nada. Despues anadi:
—Queda otra cosa: la bolsa con el dinero.
—Bueno, eso ya lo tienen, y me siento muy tonta al pensar como la han conseguido.
—No, ahi se equivoca. No la tienen.
—Pues, ?quien la tiene?
—Ojala lo supiera, pero no lo se. La tuve yo, porque se la robe, y se la robe para darsela a usted, y se donde la escondi pero me temo que ya no esta alli. Lo siento muchisimo, senorita Mary Jane, no lo puedo sentir mas; pero hice todo lo que pude; de verdad que si. Casi me pillaron y tuve que meterla en el primer sitio que encontre y echar a correr, pero no era un buen sitio.
—Bueno, deja de echarte la culpa; te hace sentir mal y no te lo consiento; no pudiste evitarlo; no fue culpa tuya. ?Donde la escondiste?
No queria que volviera a pensar en sus problemas y no podia conseguir que mi boca le dijera algo que volveria a hacer que viese aquel cadaver con la bolsa de dinero en el estomago. Asi que durante un momento no dije nada y despues respondi:
—Prefiero no decirle donde la puse, senorita Mary Jane, si no le importa perdonarme; pero se lo escribire en un trozo de papel y puede leerlo camino de casa del senor Lothrop, si quiere. ?Le parece bien asi?
—Ah, si.
Asi que escribi: «La puse en el ataud. Alli estaba cuando se paso usted la noche llorando. Yo estaba detras de la puerta y me sentia muy triste por usted, senorita Mary Jane».
Se me saltaron un poco las lagrimas al recordar como se habia quedado llorando alli sola toda la noche mientras aquellos diablos dormian bajo su propio techo, enganandola y robandola, y cuando doble la nota y se la di vi que tambien a ella se le habian saltado las lagrimas, y me agarro de la mano muy fuerte y me dijo:
—Adios. Voy a hacer todo exactamente como me has dicho, y si no vuelvo a verte, jamas te olvidare y pensare en ti muchas, muchisimas veces, ?y siempre rezare por ti! —y se fue.
?Rezar por mi! Pense que si me conociera se habria impuesto una tarea mas digna de ella. Pero apuesto a que de todos modos lo hizo: ella era asi. Tenia fuerzas para rezar por judas si se le ocurria, y nunca se echaba atras. Pueden decir lo que quieran, pero para mi era la chica mas valiente que habia conocido; para mi que estaba llena de valor. Parece un halago, pero no lo es. Y en cuanto a belleza —y tambien a bondad—, tenia mas que nadie en el mundo. No la he vuelto a ver desde aquella vez que salio por la puerta; no, no la he vuelto a ver desde entonces, pero creo que he pensado en ella muchos, muchisimos millones de veces y en como dijo que iba a rezar por mi, y si alguna vez se me hubiera ocurrido que valdria de algo el que yo rezase por ella, seguro que o rezo o reviento.
Bueno, calculo que Mary Jane se fue por la puerta de atras, porque nadie la vio salir. Cuando me encontre con Susan y la del labio leporino les dije:
—?Como se llama esa familia del otro lado del rio que vais a ver a veces?
Contestaron:
—Hay varias; pero sobre todo la familia Proctor.
—Ese es el nombre —dije—; casi se me olvidaba. Bueno, la senorita Mary Jane me encargo que os dijera que habia tenido que irse a toda prisa: hay alguien enfermo.
—?Cual?
—No lo se: o si lo se se me ha olvidado; pero creo que es…
—Dios mio. ?Espero que no sea Hanna!
—Siento decirlo —anadi—, pero es precisamente ella. —?Dios mio, con lo bien que estaba la semana pasada! ?Esta muy enferma?
—No tengo ni idea. Se quedaron sentados con ella toda la noche, dijo la senorita Mary Jane, y no creen que dure muchas horas.
—?Quien iba a pensarlo! ?Que le pasa?
No se me ocurrio nada razonable que decir inmediatamente, asi que conteste:
—Tiene paperas.
—?Paperas tu abuela! La gente no se queda a acompanar a las personas con paperas.
—?Conque no, eh? Pues apuesto a que si cuando son paperas como las suyas. Estas paperas son diferentes. Son de un tipo nuevo, me dijo la senorita Mary Jane.
—?Que tipo nuevo?
—Mezcladas con otras cosas.
—?Que otras cosas?
—Bueno, sarampion, tos ferina, erisipela y consuncion y la inciricia y fiebre cerebral y no se que mas.