La batalla - Rambaud Patrick (читать книги онлайн .TXT) 📗
NOTAS HISTORICAS
En 1809
DARWIN nace el 12 de febrero
GERARD DE NERVAL tiene un ano
GEORGE SAND, 5 anos
VICTOR HUGO, 7 anos
ALEXADRE DUMAS, % anos
BALZAC, 10 anos
VIGNY, 12 anos
LAMARTINE, 19 anos
SCHOPENHAUER, 21 anos
STENDHAL, 26 anos
SAINTE-CROIX, 27 anos
LOUIS-FrancoIS LEJEUNE, 34 anos
MARBOT, 27 anos
ANTOINE DE LASALLE, 34 anos
DORSENNE, 36 anos
CAULAINCOURT, 36 anos
DUROC, 27 anos
WALTER SCOTT, 38 anos
EL ARCHIDUQUE CARLOS, 38 anos
DAVOUT, 39 anos
BEETHOVEN, 39 anos
HEGEL, 39 anos
EL ZAR ALEJANDRO, 39 anos
NAPOLEoN, 40 anos
WELLINGTON, 40 anos
ESPAGNE, 40 anos
LANNES, 40 anos
CHATEAUBRIAND, 41 anos
FRANCISCO II DE AUSTRIA, 41 anos
BESSIERES, 41 anos
BENJAMIN CONSTANT, 42 anos
DARu, 42 anos
SAINT-HILAIRE, 43 anos
LARREY, 43 anos
MADAME DE STAEL, 43
FOUCHE, 46 anos
CHERUSINI, 49 anos
MASSENA, 51 anos
TALLEYRAND, 55 anos
PERCY, 55 anos
BERTHIER, 56 anos
GOETHE, 60 anos
GOYA, 63 anos
SADE, 69 anos
HAYDN, 77 anos
Hacia fines de los anos 1820, los escritores franceses admiran a Walter Scott y la novela historica esta de moda. Vigny tiene exito con Cinc-Mars, una obra de la que se hicieron catorce ediciones en vida del autor. Hugo piensa en Nuestra Senora de Paris. Balzac publica una novela farragosa sobre los chuanes: no logra mas que trescientos lectores, y los criticos le abruman, tachandole de confuso, pretencioso, complicado y carente de estilo. Balzac insiste. En 1831, tras Piel de zapa, aborda de nuevo su novela historica, la corrige, la completa, y sobre la marcha anuncia las Escenas de la vida militar, entre las cuales menciona La batalla. Aparenta trabajar en esta ultima obra en Aix, pero la marquesa de Castries, de la que se ha prendado, le ocupa demasiado. Sin embargo, no abandona su proyecto. En diciembre de 1834 todavia habla de el con seguridad. Promete un cuadro de Paris a comienzos del siglo xv, una historia del tiempo de Luis XIII y, una vez mas, esta famosa Batalla cuya epoca precisa al anadir vista del Imperio, 1809
?De que batalla se trata?
?Wagram? No. Essling. El ano anterior habia desvelado su secreto en una carta dirigida a la senora Hanska:
Ahi trato de iniciaros en todos los horrores, todas las bellezas de un campo de batalla. Mi batalla es la de Essling. Essling, con todas sus consecuencias. Es preciso que, en su sillon, un hombre frio vea el campo, los accidentes del terreno, las masas de hombres, los acontecimientos estrategicos, el Danubio, los puentes, que admire los detalles y el conjunto de esa lucha, oiga a la artilleria, se interese por las jugadas sobre el damero, lo vea todo, sienta, en cada articulacion de ese gran cuerpo, a Napoleon, a quien no mostrare, o que dejare ver por la noche, cruzando el Danubio en una barca. Ni una sola cabeza de mujer, canones, caballos, dos ejercitos, uniformes. En la primera pagina, el canon ruge, y en la ultima se calla. Leereis a traves de la humareda y, una vez cerrado el libro, debereis haberlo visto todo intuitivamente y acordaros de la batalla como si hubierais participado en ella.
En 1835, Balzac se encuentra en Viena. Acaba de enviar a la senora Hanska el manuscrito de Seraphita. Aprovecha la ocasion para alquilar un coche y visitar Essling, la llanura de Marchfeld, la meseta de Wagram, la isla Lobau. El principe Schwarzenberg le acompana en su visita al campo de batalla. El escritor toma notas. Luego vuelve a casa y se pone a escribir El Brio en el valle. Zarandeado por mil personajes y mil temas, Balzac no nos dara jamas su Batalla.
?Por que habia elegido Balzac esta batalla ignorada? Tal vez porque, en Essling, cambia la naturaleza de la guerra. El historiador del Imperio Louis Madelin lo subraya: «Esta batalla inauguraba la era de las grandes hecatombes que, en lo sucesivo, marcarian las campanas del emperador». Mas de cuarenta mil muertos en treinta horas, veintisiete mil austriacos y dieciseis mil franceses, lo cual equivale a un muerto cada tres segundos, sin olvidar mas de once mil mutilados en el Gran Ejercito. Y ademas, por primera vez, Napoleon sufre un fracaso militar personal, que perjudica su prestigio y estimula a sus enemigos. Despues de Essling, los nacionalismos se desarrollan en toda Europa.
En primer lugar, consulte a los historiadores para situar la batalla y sus envites. En seguida comprobe que los especialistas carecen de objetividad. Con respecto a Napoleon, pocos de ellos se mantienen frios: Jean Savant le odia, Elle Faure le venera, Madelin le ensalza, Bainville le aprecia, Taine le combate, etc. Asi pues, he buscado a los testigos. Balzac los tenia al alcance de la mano, puesto que la mayoria aun vivian y podian contarle lo ocurrido. Felizmente han dejado memorias y recuerdos escritos. Tambien ellos presentan unos sentimientos muy marcados, favorables o no, pero nos proporcionan una multitud de detalles que no me habria atrevido a inventar. Tras ellos, los historiadores aficionados a las anecdotas me han facilitado el material ideal. Asi, Lucas-Dubreton cuenta el caso de ese abanderado cuya cabeza arranca una bala de canon: sus ahorros, monedas de oro ocultas en la corbata, caen al suelo como una lluvia. Del mismo modo, el caldo de carne de caballo sazonado con polvora de canon se lo debo a los recuerdos de Constant, el ayuda de camara del emperador. Los uniformes son autenticos, como tambien las canciones y los decorados, la topografia, la meteorologia, los retratos de los principales personajes, sus talentos y sus defectos. Me he esforzado por no juzgar a los soldados, a Dorsenne, por ejemplo. Si doy credito a las Memorias de Thiebault, era un perfecto imbecil, pero Thiebault no estuvo en Essling y los ejemplos que facilita estan fuera de lugar, porque exagera y eso es algo que se nota.
Una novela historica es la puesta en escena de hechos reales. Para ello, al lado de los mariscales y del emperador, he tenido que situar personajes imaginarios, los cuales participan del ritmo y ayudan a la reconstruccion. He inventado lo menos posible, pero a menudo era preciso partir de una indicacion o de una frase para desarrollar toda una escena.
Alejandro Dumas decia que un historiador defiende su punto de vista y elige a los heroes que sirven para su demostracion. Anadio que solo el novelista es imparcial, pues no juzga sino que muestra.
A continuacion presento, clasificados por temas, la lista de los libros que me han servido para resucitar la batalla de Essling con la mayor exactitud posible. Con respecto a los consultados en el Servicio Historico de los Ejercitos, en el fuerte de Vincennes, indico la signatura bajo la que estan disponibles, precedida de la letra V de Vincennes.
1. Sobre la campana de 1809 y su desarrollo
• Henri Martin, Histoire de France populaire, tomo V, Furne, Jopuvet et Cie, Paris (sin fecha). Rapido, preciso, lleno de imagenes, con aliento. Henri Martin da una idea de conjunto incomparable.
• Cadet-Gassicourt, Voyage en Autriche, en Moravie et en Baviere fait a la suite de l'armee francaise pendant la campagne de 1809, L'Huillier, Paris, 1818. Este libro raro y precioso lo compuso inmediatamente despues del Imperio el farmaceutico ordinario de Napoleon. El relato es a veces acido. Cadet-Gassicourt (o Cadet de Gassicourt) es el precursor de la medicina laboral.
• Tranie y Carmigniani, Napoleon et l'Autriche, la campagne de 1809, Copernic,1979. Este grueso album me ha sido indispensable. El texto es claro y esta cuajado de detalles. Hay una multitud de fotos, cuadros, croquis, retratos y laminas de uniformes que me han ayudado a imaginar la batalla. Ademas, los planes de las operaciones, dia a dia, me han evitado no pocos errores sobre el movimiento de las tropas.
• Pelet, Memoires de la guerre de 1809, tomo 3, V 72905. Relato militar de un testigo.
• Marbot, Memoires tomo I, Mercure de France,1983. Uno de los mejores memorialistas, rico en detalles y en anecdotas. Le debo la mayor parte de las indicaciones sobre el mariscal Lannes en Essling, su herida y su muerte. Tambien le debo el personaje de Sainte-Croix, al que consagra casi todo un capitulo.
• Lejeune, Memoires, de Valmy a Wagram, V 40518. Tambien en este caso he inventado poco. El personaje ha existido realmente en las condiciones descritas. Era un gran pintor y un oficial de enlace del estado mayor, lo que le permitia circular de un extremo al otro del campo de batalla. Los ciervos arrastrados por la corriente del Danubio, el centinela austriaco que le dispara en el capitulo VI, todo esto es exacto. Lo que he inventado es su relacion amistosa con Stendhal (quien se hallaba en Viena, en casa del conde Daru) y sus amores contrariados con Anna Krauss (quien no existio). Louis-Francois Lejeune escribia tan bien como pintaba, y sus Memorias son un placer.
• Massena, Memoires tomo VI, V 6835. El mariscal habla de el en tercera persona, como julio Cesar, y se otorga el mejor papel. Es insustituible cuando nos ofrece la topografia de un campo de batalla. Gracias a el he recorrido los caminos encajonados, los bosquecillos de sauces o de olmos, he conocido el espesor de los muros del posito de Essling, la disposicion de las casas, etcetera. La anecdota de su caballerizo muerto por un proyectil cuando le ayudaba a ajustar el estribo es exacta (figura tambien en las memorias de Marbot).
• Renemont, Campagne de 1809, V 55192. Tecnico.
• Camon, Laguerre napoleonienne, V 66363/1. Tecnico.
• Napier, Campagne de 1809, V 73099, vol. 3. Tecnico.
• Brunon, «Essling», articulo de la Revue Historique des armees V, Titulo 111, cap. 11,1959/1. Gracias a este texto me he enterado de que, a falta de avena, se les daba cebada a los caballos, y que al segundo dia cargaban al trote.
• Lettres inedites del baron Peyrusse, Perrin,1894.
2. Sobre el ejercito
• Masson, Cavaliers de Napoleon, V. 24811. Un clasico. Todos los regimientos, todos los uniformes, todos los oficiales.
• Lucas-Dubreton, Soldats de Napoleon, V 61835, otro clasico rico en detalles y anecdotas esclarecedoras.
• Coignet, Les Cahiers du capitaine Coignet, Hachette 1883, y SOnvenirs d'un vieux grognard, V 2198o. Sobre la Guardia Imperial. Obra celebre.
• Pils, Journal de marche d'ungrenadier, V 41352.
• Parquin, Souvenirs et campagnes, V 41352.
• Chevalier, Souvenirs des guerres napoleoniennes, V 17804.