Ciudad Maldita - Стругацкие Аркадий и Борис (бесплатные книги онлайн без регистрации TXT) 📗
—Tengo el honor, senor Voronin —dijo, altisonante—, de entregarle un mensaje personal del senor presidente Friedrich Geiger.
Era obvio que tenia la intencion de sacar el mensaje personal con un movimiento elegante, pero algo le salio mal y tuvo que buscar un rato en las profundidades de su abrigo, inclinado ligeramente hacia la derecha, con una expresion como de quien esta siendo atacado por insectos. Andrei lo miraba como un condenado, sin entender nada, todo ocurria de forma extrana. No era eso lo que habia esperado. «Quiza no sea nada», le paso por la cabeza, pero en ese mismo instante aparto la idea de si con un estremecimiento supersticioso.
Finalmente, aparecio el mensaje y el hombre de la boina se lo tendio a Andrei con expresion irritada y algo ofendida. Andrei tomo el sobre crujiente y lacrado. Era un sobre postal de lo mas corriente, largo, de color azul, con la imagen estilizada de un corazon con dos alitas de pajaro. En el sobre, una letra conocida habia escrito: ANDREI VORONIN. REDACTOR JEFE DEL DIARIO URBANO,PERSONAL Y CONFIDENCIAL. F. GEIGER, PRESIDENTE. Andrei rasgo el sobre y extrajo una hoja corriente de papel de escribir con el borde azul.
?Querido Andrei! Ante todo, permiteme agradecerte de todo corazon la ayuda y el apoyo que he recibido continuamente por parte de tu periodico durante estos ultimos meses decisivos. Ahora, como puedes ver, la situacion ha variado de manera radical. Estoy seguro de que la nueva terminologia y algunos excesos inevitables no te confundiran: las palabras y los medios han cambiado, pero los objetivos siguen siendo los de siempre. Toma el diario en tus manos, has sido designado su redactor jefe y editor, de manera permanente y con plenos poderes. Elige tus colaboradores segun tu criterio, amplia la plantilla, exige nuevas capacidades tipograficas, te doy carta blanca en todos los sentidos. El portador de esta carta, el subadjutor Raymond Zwirik, ha sido designado representante politico de mi direccion de informacion en tu periodico. Como te daras cuenta enseguida, se trata de un hombre de pocas luces, pero conoce bien su oficio. Te ayudara a ponerte al dia en la politica general, sobre todo en los primeros tiempos. En caso de posibles conflictos, dirigete, por supuesto, personalmente a mi. Te deseo exitos. Les ensenaremos a esos liberales babosos como hay que trabajar. Cordialmente, Fritz.
Andrei leyo dos veces el mensaje personal y confidencial, despues dejo caer la mano en la que sostenia la carta y miro a su alrededor. De nuevo, todos lo miraban, palidos, decididos y tensos. Solo Izya brillaba como un samovar recien pulido, y a espaldas de los presentes lanzaba besos imaginarios al espacio. El subadjutor (que demonios querria decir aquella palabra, le parecia haberla oido... adjutor, coadjutor... algo historico, o de Los tres mosqueteros), el subadjutor Raymond Zwirik tambien lo miraba, con severidad pero con aire protector. Y junto a las puertas, balanceandose sobre los pies, habia unos tipos desconocidos con carabinas y brazaletes blancos en las mangas que tambien lo miraban.
—Pues bien —comenzo a decir Andrei, mientras doblaba la misiva y la guardaba en el sobre. No sabia por donde comenzar.
—?Se trata de sus colaboradores, senor Voronin? —pregunto el subadjutor, en tono practico, tomando la iniciativa con un ademan.
—Si —dijo Andrei.
—Hum —pronuncio Raymond Zwirik, con vacilacion en la voz, mirando fijamente a Izya.
—Y usted, ?quien es? —le pregunto con brusquedad Kensi en ese momento.
El senor Raymond Zwirik clavo sus ojos en el y a continuacion, con cierto asombro, miro a Andrei, que tosio un par de veces.
—Senores —pronuncio—. Permitanme que les presente al senor Zwirik, subcoadjutor...
—?Subadjutor! —lo corrigio Zwirik, airado.
—?Que? Ah, si, subadjutor. No subcoadjutor, sino simplemente subadjutor... Representante politico en nuestro periodico. Desde este momento.
De repente, sin que viniera a cuenta. Selma bostezo y se cubrio la boca con la mano.
—?Representante de que? —pregunto Kensi, sin reducir su hostilidad.
—?Representante politico de la direccion de informacion! —proclamo Zwirik, en tono muy airado, sin dar tiempo a Andrei a sacar el mensaje del sobre.
—?Sus documentos! —dijo Kensi, bruscamente.
—??Que?! —los ojos enrojecidos del senor Zwirik parpadearon con enojo.
—Documentos, plenos poderes, ?tiene algo mas que su estupida tunda?
—??Quien es?! —grito el senor Zwirik con voz penetrante, volviendose de nuevo hacia Andrei—. ??Quien es este hombre?!
—Es el senor Kensi Ubukata —se apresuro a explicar Andrei—. Vicerredactor jefe... Kensi, no se necesita documento alguno. Me ha traido una carta de Fritz.
—?De que Fritz? —dijo Kensi, con gesto de asco—. ?Que pinta aqui ese tal Fritz?
—?Movimientos bruscos! —intervino Izya—. ?Os ruego que no hagais movimientos bruscos!
La cabeza de Zwirik se movia entre Izya y Kensi. Su rostro ya no brillaba y por momentos se ponia cada vez mas rojo.
—Veo, senor Voronin —pronuncio, finalmente—, que sus colaboradores no tienen todavia una idea clara de que ha ocurrido hoy. ?O al contrario! —Siguio alzando la voz—. ?Se lo imaginan, pero de una manera extrana, torcida! Aqui veo papel quemado, veo rostros lugubres, y no veo ninguna disposicion para comenzar a trabajar. En el momento en que toda la Ciudad, todo nuestro pueblo...
—?Y esos, quienes son? —le interrumpio Kensi, senalando hacia los hombres que portaban carabinas—. ?Quienes son, nuevos colaboradores?
—?Pues, si! ?Senor ex vicerredactor jefe! Son los nuevos colaboradores. No puedo prometer que se trate de...
—Eso lo veremos —pronuncio Kensi con una extrana voz chirriante y camino hacia Zwirik—. No se con que fundamento...
—?Kensi! —intervino Andrei, en tono de indefension.
—Con que fundamento viene aqui a dar ordenes —prosiguio Kensi, sin prestar la menor atencion a Andrei—. ?Quien es usted? ?Como tiene la osadia de comportarse de esa manera? ?Por que no muestra sus documentos? Ustedes no son otra cosa que bandidos armados que han entrado aqui para cometer un asalto.
—?Callate, culo amarillo! —fue el grito salvaje de Zwirik, que se llevo la mano a la funda de la pistola.
Andrei se balanceo hacia delante para interponerse entre ellos, pero en ese momento lo empujaron con violencia por el hombro, y Selma se paro delante de Zwirik.
—?Como te atreves a expresarte asi en presencia de mujeres, canalla! —le grito—. ?Culo gordo asqueroso! ?Ladron!
Andrei estaba totalmente confuso. Zwirik, Kensi y Selma gritaban a la vez. De reojo. Andrei vio que los tipos de la puerta se miraron, indecisos, y comenzaron a levantar sus carabinas, pero junto a ellos aparecio de repente Dennis Lee, que agarraba por una pata un pesado taburete con el asiento de hierro; pero lo mas terrible e increible de todo era la zorrita de Amalia que, encorvada como una fiera, mostrando sus largos dientes blancos de aspecto terrorifico en aquel rostro palido como el de un muerto, se acercaba sigilosamente a Zwirik, levantando sobre el hombro derecho el atizador humeante, como si fuera un palo de golf.