Las aventuras de Huckleberry Finn - Твен Марк (читать книги онлайн бесплатно полные версии TXT) 📗
—No, senora. No tengo hambre. Tenia tanta que tuve que pararme dos millas mas abajo de aqui en una granja, asi que ya no tengo. Por eso llego tan tarde. Mi madre esta mala y se ha quedado sin dinero ni nada y he venido a decirselo a mi tio Abner Moore. Vive en la parte alta del pueblo, me ha dicho mi madre. Yo nunca he estado aqui. ?Usted lo conoce?
—No, pero todavia no conozco a todo el mundo. No llevo aqui ni dos semanas. De aqui a la parte alta del pueblo queda mucho camino. Mas vale que pases aqui la noche. Quitate el sombrero.
—No —dije—; voy solo a descansar un rato y luego seguir. La oscuridad no me da miedo.
Dijo que no me dejaria marcharme solo pero que su marido llegaria mas tarde, quiza dentro de una hora y media, y le diria que me acompanase. Despues se puso a hablar de su marido y de sus parientes rio arriba y de sus parientes rio abajo y de que antes vivian mucho mejor y que no sabian si no se habian equivocado al venir a nuestro pueblo, en lugar de conformarse con seguir como estaban, y asi sucesivamente, hasta que temi haberme equivocado pensando que ella me iba a dar noticias de lo que pasaba en el pueblo, pero luego se puso a hablar de padre y del asesinato y ahi si que estaba yo dispuesto a dejar que siguiera dandole a la lengua. Me conto como Tom Sawyer y yo habiamos encontrado los doce mil dolares (solo que ella dijo que eran veinte) y toda la historia de padre, y lo malo que era y lo malo que era yo y por fin llego a la parte en que me asesinaban, y yo dije:
—?Quien fue? En Hookerville se ha hablado mucho de todas esas cosas, pero no sabemos quien fue el que mato a Huck Finn.
—Bueno, supongo que aqui hay montones de gente que querrian saber quien le mato. Algunos dicen que fue el viejo Finn en persona.
—No … ?eso dicen?
—Al principio era lo que creian todos. Nunca sabra lo cerca que estuvo de que lo lincharan. Pero en seguida cambiaron de opinion y decidieron que lo hizo un negro fugitivo que se llama Jim.
—Pero si el…
Me calle. Calcule que era mejor no decir nada. Siguio hablando y no se dio cuenta de que yo la habia interrumpido:
—El negro se escapo la misma noche que murio Huck Finn. Asi que ahora ofrecen una recompensa por el: trescientos dolares. Tambien hay una recompensa por el viejo Finn: doscientos dolares. Fijate que vino al pueblo la manana despues del asesinato y lo denuncio, y se fue con los otros a buscarlo en el transbordador e inmediatamente va y se marcha. En seguida querian lincharlo, pero fijate que ya habia desaparecido. Bueno, al dia siguiente se enteraron de que habia huido el negro y de que nadie lo habia visto desde las diez de la noche del asesinato. Asi que entonces ofrecieron una recompensa por el, ya entiendes, y cuando estaban todos convencidos al dia siguiente vuelve el viejo Finn y se fue llorando al juez Thatcher a pedir dinero para buscar al negro por todo Illinois. El juez le dio algo y aquella noche se emborracho y se quedo hasta despues de medianoche con dos desconocidos de muy mal aspecto y despues se fue con ellos. Bueno, desde entonces no ha vuelto ni lo esperan hasta que esto se haya pasado un poco, porque ahora la gente piensa que mato a su hijo y arreglo las cosas para que todo el mundo se creyera que lo habian hecho unos ladrones y asi podria llevarse el dinero de Huck sin tener que molestarse mucho tiempo con un pleito. La gente dice que no seria nada raro en el. Bueno, calculo que es muy listo. Si no vuelve en un ano no le pasara nada. No se le puede probar nada, ya sabes; para entonces las cosas estaran mas tranquilas y podra marcharse con el dinero de Huck sin ningun problema.
—Si, calculo que si, senora. No creo que tenga problemas. ?La gente ya no cree que lo hiciera el negro?
—Ah, no, no todos. Muchos creen que fue el. Pero al negro lo van a agarrar muy pronto y a lo mejor le meten miedo para que lo cuente.
—Pero, ?todavia lo estan buscando?
—Bueno, ?si que eres inocente! ?Te crees que nacen trescientos dolares en los arboles todos los dias? Algunos creen que el negro no ha ido muy lejos. Y yo tampoco… Pero no se lo he dicho a nadie. Hace unos dias estaba yo hablando con un par de viejos que viven al lado en la cabana de troncos y dijeron que casi nadie va a esa isla de alla que llaman la isla de Jackson. «?Y ahi no vive nadie?», pregunto yo. «No, nadie», dicen. Yo no dije mas, pero he estado pensandolo. Estaba casi segura de que habia visto humo por alli, hacia la punta de la isla, hacia un dia o dos, asi que me digo: «A lo mejor el negro esta escondido ahi; en todo caso», digo yo, «merece la pena buscar en esa isla». Desde entonces no he visto mas humo, asi que a lo mejor se ha ido, si es que era el; pero mi marido va a ir a verlo, con otro. Tuvo que ir rio arriba, pero volvio hoy y se lo dije en cuanto llego hace dos horas.
Me habia puesto tan nervioso que no podia estarme quieto. Tenia que hacer algo con las manos, asi que saque una aguja de la mesa y me puse a enhebrarla. Me temblaban las manos y lo hice muy mal. Cuando la mujer dejo de hablar levante la mirada y me estaba mirando muy curiosa y sonriendo un poco. Deje la aguja y el hilo y puse cara de interes —y la verdad es que estaba interesado— y voy y digo:
—Trescientos dolares es un monton de dinero. Ojala que lo tuviera mi madre. ?Va a ir alli su marido esta noche?
—Ah, si. Ha ido a la parte alta del pueblo con el hombre que te he dicho, a buscar un bote y ver si les prestan otra escopeta. Van a cruzar despues de medianoche.
—?No verian mejor si esperasen hasta que fuera de dia?
—Si. Y, ?no veria tambien mejor el negro? Despues de medianoche lo mas probable es que este dormido, y se pueden meter por el bosque ybuscar su hoguera mejor si esta oscuro, si es que tiene una hoguera.
—No se me habia ocurrido.
La mujer me seguia mirando muy curiosa y yo no me sentia nada comodo. Y despues de un momento va y pregunta:
—?Como habias dicho que te llamabas, guapa?
—M … Mary Williams.
No se por que pero no me parecia haber dicho que era Mary antes, asi que no levante la vista… Me parecia que habia dicho que era Sarah, asi que me senti como acorralado y tenia miedo de que a lo mejor se me notara. Tenia ganas de que la mujer dijera algo mas; cuanto mas tiempo pasaba callada mas incomodo me sentia. Pero entonces va y dice:
—Guapa, crei que al llegar habias dicho que te llamabas Sarah.
—Ay, si, senora, es verdad. Sarah Mary Williams. Me llamo Sarah de primer nombre. Algunos me llaman Sarah y otros Mary.
—Ah, ?eso es lo que pasa?
—Si, senora.
Ya me estaba sintiendo mejor, pero con ganas de marcharme de alli de todas maneras. Todavia no me atrevia a levantar la mirada.
Bueno, la mujer se puso a hablar de lo dificiles que estaban los tiempos y lo pobres que eran y como corrian las ratas por todas partes, como si la casa fuera de ellas, y de esto y de aquello, y me empece a sentir mas tranquilo. Tenia razon en lo de las ratas. A cada rato se veia una que asomaba el hocico por un agujero en un rincon. Dijo que tenia que tener cosas a mano para tirarselas cuando estaba sola, porque si no, no la dejaban en paz. Me enseno una barra de plomo retorcido en forma de nudo y dijo que en general tenia buena punteria, pero que hacia uno o dos dias se habia dislocado un brazo y no sabia si ahora podia apuntar bien. Espero una oportunidad y en seguida le tiro la barra a una rata, pero le fallo por mucho y dijo, «?ay!», que le dolia mucho el brazo. Entonces me pidio que probara yo con la siguiente. Yo queria marcharme antes de que volviera su viejo, pero claro que no lo dije. Agarre la barra y a la primera rata que asomo el hocico se la tire, y de haberse quedado donde estaba no se habria sentido nada bien. Dijo que yo tiraba de primera y que calculaba que a la siguiente le daria. Se levanto a buscar la barra y la trajo y tambien una madeja de lana con la que queria que la ayudara yo. Levante las dos manos y ella me puso la madeja y siguio hablando de cosas suyas y de su marido. Pero se interrumpio para decir: