Pideme lo que quieras, ahora y siempre - Maxwell Megan (электронную книгу бесплатно без регистрации .txt) 📗
Asiente, sonrie, y yo estoy a punto de saltar de felicidad. Una tregua. Tengo una tregua con Flyn. Y cuando creo que nada mejor puede pasar, dice:
—Gracias por dormir anoche conmigo.
Me encojo de hombros para quitarle importancia a eso.
—?Ah, no!, gracias a ti por dejarme meterme en tu cama.
El sonrie y comenta:
—A ti no te dan miedo los truenos. Lo se. Tu eres mayor.
Eso me hace reir. ?Que listo que es el jodio!
—?Sabes, Flyn? Cuando yo era pequena, tambien tenia miedo a los truenos y a los rayos. Cada vez que habia una tormenta, yo era la primera en meterme en la cama de mis padres. Pero mi mama me enseno que no hay que tener miedo a las inclemencias del tiempo.
—?Y como te enseno tu mama?
Sonrio. Pensar en mama, en su carinosa mirada, en sus manos calentitas y en su sonrisa perpetua me hace decir:
—Me decia que cerrara los ojos y pensara en cosas bonitas. Y un dia me compro una mascota. Le llame Calamar. Fue mi primer perro. Mi superamigo y mi supermascota. Cuando habia tormentas, Calamar se subia conmigo a la cama, y el verme acompanada por el me hizo valiente. Ya no necesitaba ir a la cama de mis padres. Calamar me protegia y yo lo protegia a el.
—?Y donde esta Calamar?
—Murio cuando yo tenia quince anos. Esta con mama en el cielo.
Esta revelacion de mi madre le sorprende. Omito mencionar a Curro, o todo pareceria muy cruel.
—Si Flyn, mi mama murio como la tuya. Pero ?sabes? Ella junto a Calamar desde el cielo me dan fuerzas para que no tenga miedo a nada. Y estoy segura de que tu mama hace lo mismo contigo.
—?Tu crees?
—?Oh, si!, claro que lo creo.
—Yo no me acuerdo de mi mama.
Su tristeza me conmueve, y respondo:
—Normal, Flyn. Eras muy pequeno cuando se fue.
—Me hubiera gustado conocerla.
Su pena es mi pena, e incapaz de no profundizar en el tema, murmuro:
—Creo que podrias conocerla a traves de los ojos de las personas que la quisieron, como son tu abuela Sonia, la tia Marta y Eric. Hablar con ellos de tu mama seria recordarla y saber cosas de ella. Estoy segura de que tu abuela estaria encantada de contarte cientos de cosas de tu mama.
—?Sonia?
—Si.
—Ella siempre esta muy ocupada —protesta el nino.
—Es logico, Flyn. Si tu no dejas que ella te cuide ni te mime, tiene que seguir con su vida. Las personas no pueden quedarse sentadas a esperar a que otras las quieran; tienen que continuar viviendo, aunque en su corazon te anoren todos los dias. Por cierto, ?por que la llamas por su nombre y no abuela?
El crio se encoge de hombros y piensa la respuesta durante un momento.
—No lo se. Me imagino que es porque su nombre es Sonia.
—?Y no te gustaria llamarla abuela? Yo estoy segura de que a ella le emocionaria mucho que la llamaras asi. Llamala un dia por telefono y vete con ella a merendar, a comer, a cenar. Pidele que te cuente cosas de tu mama, y estoy convencida de que te daras cuenta de lo importante que eres tu para ella y para tu tia Marta.
El crio asiente. Silencio. Pero de pronto dice:
—Yo movi la coca-cola para que te saltara en la cara el otro dia.
Recordarlo me hace reir. ?Sera cabronazo! Pero dispuesta a no tenerle nada en cuenta, asevero:
—Me lo imaginaba.
—?Te lo imaginabas?
—Si.
—?Y por que no dijiste nada al tio Eric?
—Porque yo no soy una chivata, Flyn. —Y, al ver como me mira, le toco su oscuro cabello, y anado—: Pero eso ya no importa. Lo importante es que a partir de ahora intentaremos llevarnos bien y ser amigos, ?te parece buena idea?
Asiente. Pone su pulgar ante mi y volvemos a hacer nuestro saludo. Yo sonrio.
Sus ojos recorren la habitacion con curiosidad y veo que se detienen continuamente en algo que esta a la derecha. Con disimulo miro y veo que se trata del skateboard y mis patines. Y sin demora, pregunto:
—Te gustaria aprender a usar el skate o a patinar, ?verdad? —Flyn no responde, y cuchicheo—: Sera algo entre tu y yo. Tu tio, de momento, no tiene por que enterarse. Aunque tarde o temprano, a riesgo de que nos mate, se lo diremos, ?vale? ?Quieres que te ensene?
Su gesto cambia y acepta. ?Lo sabia!
Sabia que Flyn queria aprender cosas nuevas. Rapidamente me levanto del suelo. El lo hace tambien. Voy hasta donde esta el skate y lo pongo en el suelo. Me subo sobre el y le demuestro que se utilizarlo.
—?Yo puedo hacer eso tambien?
Paro, me bajo y digo:
—Pues claro, cielo. —Y guinandole el ojo, murmuro—: Te ensenare a hacer cosas que cuando las vea cierta nina rubia de tu cole no podra dejar de mirarte.
Flyn se pone colorado.
—?Como se llama? —pregunto con complicidad.
—Laura.
Encantada por el momento tan estupendo que estoy viviendo con el nino, le tomo de los hombros y afirmo:
—Te aseguro que en unos meses Laura y esa pandilla de macarras de tu cole van a flipar cuando vean como manejas el skate.
El pequeno asiente. Le miro y digo:
—Vamos..., prueba. Primero, sube un pie en el skate y nota como se mueve.
Flyn me hace caso. Yo le cojo las manos y, en cuanto el pequeno pone el pie sobre el skate se escurre. Asustado, me mira y yo intento tranquilizarlo:
—Punto uno: nunca lo utilices sin estar yo delante. Punto dos: para no hacerse dano hay que usar rodilleras, coderas y casco. Punto tres, y muy importante: ?confias en mi?
Hace un gesto afirmativo y me emociono.
De pronto, se oye el ruido de un coche. Miro por la ventana y veo que es Eric que entra en el garaje. Sin necesidad de decir nada, el crio deja el skate donde estaba y se sienta junto a mi de nuevo en el suelo. Disimulamos. Dos minutos despues, la puerta de la habitacion se abre, y Eric, al vernos a los dos en el suelo sentados, pregunta sorprendido:
—?Ocurre algo?
Flyn se levanta y abraza a su tio.
—Jud me ha ayudado a aprender una cosa del colegio.
Eric me mira. Yo asiento. El pequeno se marcha. Yo me levanto. Me acerco a mi aleman favorito y, agarrandole de la cintura, murmuro:
—Como veras, cualquier dia consigo ese besito de tu sobrino.
Eric, asombrado como nunca antes, sonrie. Me coge entre sus brazos, y con cuidado de no darme en la barbilla, susurra buscando mi boca:
—De momento, pequena, mi beso ya lo tienes.
30
Por la manana, la tonalidad de mi cara es mas verde que roja. Me miro en el espejo y me desespero. ?Como puedo tener esta pinta?
Por favor, ?si parezco Hulk, el monstruo verde!
Vale..., no es que sea una belleza, pero vamos, verme asi es terrible, es deprimente. Pobre Eric. Vaya novia que tiene. Soy igualita a la novia cadaver. Me rio. Soy tonta. Cuando regreso a la habitacion en la radio suena Satisfaction de los Rolling Stones y canto. Esa cancion siempre me recuerda a mis amigos de Jerez. Comienzo a bailar mientras canto a voz en grito. Eric sube a darme un beso antes de marcharse a trabajar y, sorprendido, me mira desde la puerta, hasta que soy consciente del deprimente espectaculo que le estoy ofreciendo y me paro, aunque mis hombros siguen el ritmo mientras me acerco a el.
—Me encanta verte asi de feliz.
Sonrio. Le doy un beso.
—Esta cancion me trae muy buenos recuerdos de mi gente.
—?De alguien en especial?
Con una maquiavelica sonrisa, asiento. Eric cambia su gesto y, dandome un azote de lo mas sensual, exige con posesion:
—?De quien?
Divertida por lo que voy a decir, explico:
—De Fernando... —Y cuando su mirada se tensa, prosigo—: De Rocio, Laura, Alberto, Pepi, Loli, Juanito, Almudena, Leire...
Me da otro azote y otro mas. Pica, pero me rio. Cambia su gesto a otro mas divertido y murmura mientras me masajea la nalga enrojecida: