Destinos Truncados - Стругацкие Аркадий и Борис (читаемые книги читать txt) 📗
Demonios, ?acaso todo lo que el hombre tenia de animal era tan sucio? Hasta la maternidad, hasta la sonrisa de la virgen, sus dulces y tiernas manos que llevan el nino al seno... Si, por supuesto, el instinto, y toda una religion construida sobre el instinto... seguramente la desgracia consiste en que intentan extender esta religion a la educacion, donde ya no funciona instinto alguno, y si funciona es solo para hacer dano... porque la loba le dice a sus lobeznos: «Morded como yo», y eso basta, y la liebre le dice a los lebratos: «Huid como yo», y eso tambien basta, pero el hombre educa a su cria: «Piensa como yo», y eso es ya un crimen... Pero esos mohosos, esos malditos infectos, son cualquier cosa menos seres humanos, quiza sean sobrehumanos... ?que han hecho? Primero: «Fijate como pensaban antes de ti, mira lo que resulto de ello, eso esta mal por esto y por aquello, y debe ser asi y de tal manera. ?Has visto? Y ahora, ponte a pensar por ti mismo como hacer para que no ocurra esto y aquello, sino eso y lo otro». Pero no se que es esto y aquello, ni que es eso y lo otro, y en general todo esto ya ocurrio alguna vez, todo eso se ha intentado, salian algunas personas excelentes, casos individuales, pero la masa fundamental seguia el camino de siempre, nunca cambiaba de senda, vivia sencillamente, a nuestra manera. Como podrian educar a sus crios si sus padres nunca los educaron, sino que los entrenaron. «Muerde como yo y escondete como yo», y de la misma forma el abuelo entreno al padre, y el bisabuelo al abuelo, y asi hasta lo mas profundo de las cavernas, hasta los cavernicolas peludos con la lanza en la mano, hasta los devoradores de mamuts. A mi me dan lastima esos descendientes lampinos, me dan lastima porque tambien siento lastima de mi, pero a ellos no les importa, no nos necesitan para nada y no tienen la intencion de reeducamos, ni siquiera pretenden destruir el viejo mundo, solo exigen una cosa: que no se metan con ellos. Ahora eso es posible, ahora se puede comerciar con las ideas, ahora hay poderosos compradores de ideas que te van a proteger, meteran a toda la gente tras las alambradas para que el viejo mundo no moleste, te alimentaran, te cuidaran... con toda delicadeza afilaran el hacha con la que cortas la rama donde ellos se reunen, llenos de medallas y enfundados en sus uniformes.
Y, que demonios, eso es grandioso a su manera, ya lo han intentado todos, lo unico que no han intentado es esto: educacion en frio, sin mocos rosados, sin lagrimas... aunque que es lo que estoy diciendo, que se yo de la educacion que dan alli... pero, de todos modos, es crueldad, desprecio, eso esta claro... No obtendran resultado alguno porque, bien, el raciocinio, pensad, estudiad, analizad... ?Y que hay de las manos de la madre, de las manos que acarician, calman el dolor y convierten el mundo en un sitio calido? ?Y del menton hirsuto del padre, que juega a la guerra, hace como un tigre, ensena a boxear, es el mas fuerte y sabe mas que nadie en el mundo? ?Porque eso tambien estaba alli! No solo las peleas a gritos (o en silencio) de los padres, no solo el cinturon y el grunido ebrio, no solo los tirones absurdos de orejas, que de repente y sin saber por que se transforman en mimos ansiosos, golosinas y monedas para ir al cine... Y que se yo, puede ser que ellos tengan equivalentes para todo lo bueno que existe en la maternidad y la paternidad... ?Como miraba Irma a aquel mohoso! Como hay que ser para que te miren asi... y en todo caso, ni Bol-Kunats, ni Irma, ni el nihilista lleno de granos se pondran nunca camisas doradas, ?y eso acaso es poco? Demonios, no necesito nada mas de la gente.
«Espera —se dijo—. Encuentra lo fundamental. ?Estas a favor o en contra de ellos? Tambien hay una tercera salida: hacer la vista gorda. Pero yo no puedo hacer la vista gorda. ?Ah, cuanto me gustaria ser cinico, que facil, sencillo y lujoso es ser cinico! Que cosa: toda la vida me han pintado como un cinico, lo intentan, consumen unos medios fabulosos, gastan balas, flores de elocuencia, papel, punos, no escatiman gente, no escatiman nada para que yo me vuelva cinico, pero yo, de ninguna manera... Bien, esta bien. De todos modos: ?a favor o en contra? En contra, por supuesto, porque no soporto el desprecio, odio a todas las elites, odio toda intolerancia y no me gusta, no me gusta nada que me abofeteen y me echen... Y estoy a favor, porque amo a la gente inteligente, con talento, odio a los tontos, odio a los obtusos, odio las camisas doradas, odio a los fascistas, y por supuesto, esta claro que de esa manera no lograre definir nada, se demasiado poco sobre ellos, y de lo que se, de lo que he visto con mis propios ojos, solo sobresale lo malo: la crueldad, el desprecio, la inhumanidad, la fealdad fisica... Y el resultado es el siguiente: a favor de ellos esta Diana, a quien amo, y Golem, a quien aprecio, e Irma, a quien amo, y Bol-Kunats, y el nihilista lleno de granos... ?Y quien esta en contra? El burgomaestre esta en contra, viejo canalla, fascista y demagogo; y el jefe de policia, uno que se vende al mejor postor; y Roscheper Nant, y la estupida de Lola, y la banda de camisas doradas, y Pavor... Es verdad que, por otra parte, a favor de ellos esta el profesional larguirucho, asi como un tal general Pferd, no soporto a los generales, y en contra esta Teddy y seguramente, muchos otros como Teddy... Si, esto no se decide por mayoria de votos. Es algo parecido a las elecciones democraticas libres: la mayoria esta siempre a favor de los canallas...»
Diana llego a las dos, Diana Comun Alegre, enfundada en una cenida bata blanca, maquillada y peinada.
—?Como va el trabajo? —pregunto.
—Ardo en el —respondio Viktor—. Ardo, alumbrando a otros.
—Si, hay bastante humo. Deberias abrir la ventana... ?Quieres comer?
—?Demonios, claro que si! —dijo Viktor, recordando que no habia desayunado.
—?Entonces vamos, diablos!
Bajaron al comedor. En torno a una larga mesa, sombrios por el agotamiento fisico, los Hermanos de Raciocinio, serios y en silencio, tomaban una sopa dietetica. El gordo entrenador, vistiendo un jersey azul, daba paseitos a espaldas de ellos, les palmeaba los hombros, les desordenaba el cabello y vigilaba atentamente los platos.
—Ahora te presentare a una persona que comera con nosotros —anuncio Diana.
—?De quien se trata? —inquirio Viktor con desagrado; tenia deseos de comer en silencio.
—De mi marido. Mi ex marido.
—Aja. Aja. Pues, bien... Es un placer.
«?Y por que se le habra ocurrido eso? —penso con cierta tristeza—. Nadie necesita eso.» Echo una mirada lastimera a Diana, pero ella lo conducia ya, con presteza, a la mesa de servicio, en el rincon mas lejano. El ex marido de Diana se levanto al verlos llegar: de rostro amarillento, nariz ganchuda, vestia un traje oscuro y llevaba guantes negros. No le tendio la mano a Viktor, se limito a inclinar la cabeza levemente.
—Hola, me alegro de verle —dijo en voz baja.
—Banev —se presento Viktor, con la falsa cordialidad que lo embargaba cada vez que veia a un marido.
—En realidad, ya nos conocemos. Soy Zurzmansor.
—?Ah, claro! —exclamo Viktor—. ?Por supuesto! Debo decirle que mi memoria es... —Callo un instante—. Un momento... ?que Zurzmansor?